Contra el Fanatismo: Amos Oz #CharlieHebdo #JeSuisCharlie

Nos empeñamos en escribir y escribir. La indignación y el dolor nos empujan contra el papel e intentamos, con lo único que sabemos hacer algunos, poner unas letras que reflejen el estado de ánimo, la repulsa, el dolor propio y ajeno sobre hechos tan terribles como los sucedidos la pasada semana en Francia.

Pero creo que además de escribir, deberíamos leer. Si, leer lo que otros ya han escrito antes, porque no hay nada nuevo bajo el sol. Desgraciadamente hemos vuelto a asistir a un hecho de fanatismo realizado por seres humanos que, como otros antes, “quieren salvarnos”, quieren que sigamos el camino que ellos marcan, y si no lo hacemos ejecutan un castigo para “que aprendamos”.

Tal vez, como os decía antes, es mejor leer, y en este caso os dejo un fragmento del escritor Amos Oz, de su ensayo Contra el Fanatismo, publicado por Siruela. Si aún no lo habéis leído creo que hay llegado el momento de que le dediquéis unas horas. No puede ser más claro, y como si fuera clarividente este escritor israelí, nos deja fragmentos como este:

“Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. En esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano en vez de dejarles ser. El fanático es una criatura de lo más generosa. El fanático es un gran altruista. A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte. Liberarte del pecado, del error, de fumar. Liberarte de tu fe o de tu carencia de fe. Quiere mejorar tus hábitos alimenticios, lograr que dejes de beber o de votar. El fanático se desvive por uno. Echar los brazos al cuello o lanzarse a la yugular es casi el mismo gesto. De una forma u otra, el fanático está más interesado en el otro que en sí mismo por la sencillísima razón de que tiene un sí mismo bastante exiguo o ningún sí mismo en absoluto…”. “Y sin tomarse lo que voy a decir al pie de la letra, me atrevería a asegurar que, al menos en principio, creo haber inventado la medicina contra el fanatismo. El sentido del humor es un gran remedio. Jamás he visto en mi vida a un fanático con sentido del humor.”

Son las cuatro de la tarde. No llueve en Pozuelo y la temperatura exterior es de 13 grados