Un despido torticero

 

La política de silencio que los Servicios Informativos de la Corporación RTVE imponen ante los problemas y conflictos internos en RTVE es un hecho desde hace mucho tiempo, pero desde hace nueve días, un colectivo de trabajadores de la sección sindical de UGT mantiene un encierro en las instalaciones de Torrespaña, sin que ninguno de los medios de comunicación de ese grupo haya dicho una sola palabra para informar a la sociedad, a la que como servicio público se deben.

El silencio por parte de los Servicios Informativos de RTVE es un atentado al código deontológico que debe presidir la profesión periodística y al servicio público que le ha sido encomendado, además de carecer de toda ética al optar por la ocultación y la manipulación ante este conflicto que están obligados a afrontar y resolver.

Y para que conozcáis, a través de este modesto blog lo que está sucediendo, paso a relataros los hechos,y que como digo la potente radio televisión publica silencia:

A primeros de Octubre fue despedida Marisa, compañera documentalista. Trabajaba con un contrato por obra para el programa España Directo desde el año 2005. Su despido, además de ser a todas luces injusto, es especialmente cruel y doloroso.

Un despido siempre es un hecho dramático para el que lo sufre, y más en estos tiempos que corren, pero en este caso es especialmente doloroso porque se da la circunstancia de que Marisa tiene 61 años. Su horizonte ahora es de dos años cobrando el paro para pasar a verse con 63 años y sin recursos, con una edad que hace casi imposible encontrar un nuevo empleo, prácticamente una sentencia que la condena a alcanzar finalmente la jubilación con una pensión mermada y empobrecida por este hecho.

Por si fuera poco, a las circunstancias tan difíciles de este despido hay que sumar unas formas y modos que también lo hacen innecesariamente cruel. Sin previo aviso, de sopetón, y curiosamente a la mañana siguiente de una jornada de huelga en la que Marisa ejerció solidariamente su legítimo derecho, se la llama desde la Dirección de RRHH para comunicarle que recogiera sus cosas, entregándole una carta en la que se le comunicaba una indemnización de 45 días por año trabajado. Es normal, lógico y humano que Marisa reaccionase con estupor, que manifestase su dificultad para digerir este hecho y entender sus causas. No sabríamos cómo calificar la siguiente actuación de la Dirección de RRHH, los peores calificativos que conocemos no le harían justicia, ya que tuvo la retorcida idea, cuando la compañera regreso al despacho acompañada de un representante sindical, de entregarle una nueva carta, esta vez con sólo 8 días de indemnización por año trabajado, junto a una amable frase que no tiene desperdicio: a ver si ésta vez lo entiendes mejor.

Pero ante todo, este es un despido INJUSTO e INJUSTIFICADO. No ya sólo por ser nuestra compañera la primera que está sufriendo las alas que nuestro Gobierno le está dando a directivos y empresarios para saltarse a la torera los derechos de los trabajadores, ni por sentir sobre sus carnes el futuro que nos espera tan sólo unas horas después de participar en una jornada de lucha y solidaridad, sino sobre todo porque el argumento sobre el que se pretende sustentar este despido es un atentado al sentido común, al empresarial y a nuestro ordenamiento jurídico. Parece que a algunos no les basta con el libre albedrío que les otorga la nueva ley para echarnos a la calle con lo puesto y ahora pretenden un mundo en el que ya todo vale.

El argumento en cuestión ha sido la actual reorganización del servicio de documentación en el que trabaja la compañera, donde se pretende que todos los documentalistas de los programas de TVE trabajen en un pool (servicios compartidos). Unos planes que no pueden ser aplicables al caso de Marisa, ya que no está contratada con categoría de convenio y su contrato es por obra, por lo que no se sustenta que pueda trabajar fuera de esa obra, el programa España Directo. Resulta por tanto obvio que nuestra compañera no puede formar parte de la pool que pretenden, tan obvio como que la obra, el programa España Directo, sigue en antena y, por tanto, no puede existir razón alguna para romper de este modo la relación laboral. No han finalizado las funciones que desarrollaba con su contrato, documentalista, y de hecho al día siguiente de su despido fueron contratadas dos personas mediante contrato en prácticas para hacer las mismas funciones que realizaba Marisa.

Por este motivo desde hace nueve días los compañeros de la Sección Sindical de UGT, mantiene un encierro en las instalaciones de Torrespaña, sin que en ningún momento ninguno de los servicios informativos de la radio y la televisión pública hayan informado ni un solo minuto.

No puedo permanecer impasible ante una injusticia de tal calibre y ante una situación torticera y alevosa donde las haya, y me solidarizo totalmente con ese encierro, y con la compañera Marisa, y os animo a dar la mayor difusión posible a esta “lamentable noticia”, que otros ponen extremo cuidado en ocultar.

Si queréis más información podéis recabarla en la Web http://www.ugtrtve.net . Y acordaros sobre lo que escribí ayer, si solo hubiera sido un minero el que hubiera quedado encerrado en la mina, nadie hablaría de él, pero como han sido 33… Marisa es “nuestro minero” y ahora toca hablar de ella y de la situación tan injusta por la que está pasando y denunciarla. Habla y escribe de Marisa tú también. Entre todos podemos.

Son las doce menos cuarto de la noche. No llueve en Aravaca y la temperatura exterior es de 15 grados. Frente a los abusos y las injusticias siempre nos queda la palabra, úsala.

Fuente: http://www.ugtrtve.net

3 comentarios en “Un despido torticero

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  2. Desde luego tiene toda la pinta de ser un despido ilegal e injustificado.
    Espero que los tribunales, por los que aún tendrá que pasar este despido, den la razón a la trabajadora y obliguen a que sea reincorporada.

    Mucha suerte.

    P.D. Del silencio de RTVE, al igual con la ceguera de quienes han votado la noticia negativamente en Meneame.net, ni opino porque me parece de lo más lamentable para cualquier ser humano.

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