Hace frío ahí fuera

 

Hoy vuelve a hacer mucho frío. Y Pedro Cluster del que no sabía hace tiempo me envía un correo en el que denuncia, a través de su blog, que los madrileños parece ser, que cada vez somos menos solidarios.

Estamos cegados por la crisis de los bancos, una crisis fruto de la avaricia, en la que vemos peligrar ese estado del bienestar al que estábamos acostumbrados. Pero no todos, los hay que siguen en ese estadio permanente de pobreza, los que no tienen nada, y que dependen de los servicios sociales, que en Madrid, mi ciudad cada vez son más escasos.

Eso si miramos todos los días a la bolsa, para ver si sube o si baja, cuando la mayor parte de nosotros ni tenemos acciones, ni tampoco las vamos a tener nunca. Mientras hoy, por ejemplo, muchos ni tendrán una techo donde guarecerse, y no hablo de caridades, que es una palabra que me revienta, hablo de sistemas sociales que asistan al que no tiene cuando lo necesita, pero estamos muy preocupados con eso de refundar el capitalismo, y lo cierto es que a penas si leo algún titular sobre lo que sucede con los que no tienen nada.

La crisis, si esa, como digo que han provocado los bancos con su codicia, llega como siempre antes a los más débiles, pero nadie habla de ellos. Seguro que en casa de esos que hicieron grandes fortunas y ahora nos ahogan, hay comida y una buena calefacción central, y algunos, seguro que sientan a sus nietos sobre las rodillas para contarles que de mayores irán a Harvard, tendrán un buen coche, una gran casa y se casarán con príncipes y princesas. Mientras los sin techo en la calle, al frío y al relente. Y los políticos, aquellos que nos representan a todos, si a todos, miran para otro lado, al fin y al cabo los sin techo no suelen votar, o puede que no lleguen siquiera a las próximas elecciones.

Son las ocho y media de la noche. No llueve en Pozuelo y la temperatura exterior es de 4 grados. Cuando uno vota no se sacude la responsabilidad social en manos de otros. La responsabilidad social es nuestra y debemos exigirla, para nosotros y para aquellos que ya no están ni siquiera en condiciones de reclamar.